Autoría compartida
Conversación entre Teresa Lanceta, Nuria Enguita y Laura Vallés Vílchez.
NE-LV La experiencia del confinamiento –período en el que creas las telas del Raval que se presentan en el primer capítulo– te lleva a desarrollar un proyecto participativo y transgeneracional sobre los oficios del propio barrio, que dará lugar a una serie de trabajos coautorales que también se han incorporado a este proyecto. Comunidad o colaboración conviven de forma especial con la creación. Además, cabe destacar que el hecho de que las autorías compartidas, y reafirmadas como tales legalmente, implican propiedad, derechos, y que no ha habido subordinación ninguna, por lo que el destino posterior de cada uno de los proyectos pertenecerá a quienes lo hayan llevado adelante.
TL En todo momento me he sentido atraída por el hacer de los demás, lo que me ha llevado a acercarme a los tejidos del Atlas Medio o a la alfombra española del siglo XV, un reconocimiento que he intentado complementar con las invitaciones, colaboraciones y coautorías que, a la postre, han devenido otro gran regalo para mí.
En la exposición Adiós al rombo invité a cinco artistas a exponer una obra en un espacio común, a lo que se sumaron dos colaboraciones. En Notificaciones, una muestra que tuvo lugar en el Centre del Carme de Cultura Contemporània de València, los invitados fueron alumnos. En Tejer como código abierto he invitado a Isabel Carballo, Paula Crespo, Virginia García del Pino y La Trinxera.
Recientemente, he empezado un tipo de relación que va más allá de la propia colaboración, a la que hemos denominado «coautorías» o «autorías compartidas»: una manera de trabajar en la que intervienen en un trabajo dos o más personas, sin subordinación ni pérdida de identidad creadora por parte de ninguna de las dos. Parece algo trillado y simple, pero es muy complejo mantener la creatividad propia cuando el nivel de exigencia creativa es plural y ninguno de los componentes debe perder ni un ápice de ella.
En las coautorías con Pedro G. Romero, Olga Diego o Leire Vergara, Xabier Salaberria, así como con el IES Miquel Tarradell (profesores y alumnos) junto con Nicolas Malevé y algunos trabajadores del MACBA, no ha habido una experiencia común. Al contrario, no hay dos comparables; incluso las realizaciones han sido distintas. Soy amiga de todos ellos, en la mayoría de los casos desde hace muchos años, y aun así en cada uno de los proyectos ha surgido entre nosotros una relación única, con algunos fluida y con un entendimiento absoluto, y en algún caso con discusiones fuertes y, a veces, cruentas. Pero todas estas colaboraciones, también estas últimas, han sido divertidas y han dado lugar a mayor confianza entre nosotros. Los resultados son todos excelentes, como espero que esta publicación deje entrever, porque hemos hecho un esfuerzo por traducir los procesos a un formato no solo expositivo, sino también editorial.