La Madraza de Granada fue la primera universidad pública de Al-Ándalus. Hace más de seiscientos años, allí se estudiaban ciencia, astronomía y matemáticas; el conocimiento fluía, se transformaba y crecía. Tras la conquista castellana en 1500, la Madraza fue clausurada, su biblioteca quemada y el edificio pasó a manos del cabildo de la ciudad. Después de pasar por manos privadas y sufrir varias restauraciones en el siglo XX, el espacio fue cedido al estado. Desde 2011, el Palacio de la Madraza es la sede principal del Centro de Cultura Contemporánea de la Universidad de Granada, volviendo a ser un espacio para el intercambio de conocimiento seis siglos después.
Para esta exposición, la obra de Teresa Lanceta se sitúa en la Madraza de Granada para pensar con su obra sobre lo que este lugar fue y lo que es ahora, sobre el acto de transmitir y compartir conocimiento, las diversas formas de saber y cómo estas se impregnan en los objetos, en los lugares y en las personas. Madraza 1349-2024 presenta una constelación de trabajos que se enfocan en esa transmisión de saberes, navegando por los más de cuarenta años de producción de la artista, a través de un conjunto de piezas en las que sus manos nunca trabajan solas.
Además de ser un especialista en la cultura del Medio Atlas marroquí, Bert Flint fue un gran amigo de la artista, motivo por el cual ella decidió nombrar una de las piezas de esta exposición en su honor. Bert Flint I – VII (1997 – 1999) es una obra especial que rinde homenaje a una persona relevante en la vida de Teresa, alguien que le enseñó todo lo que sabe acerca de los tejidos marroquíes y marcó un antes y un después en su carrera. Esta composición de varios tejidos parte de un Hambel (tejido típico bereber) que Bert le regaló a Teresa. Este tejido, según las propias palabras de Teresa, “marca el camino a seguir” y guía sus manos para crear los otros que dialogan con él y lo acompañan. Esta forma intuitiva de acercarse a un objeto para entenderlo y aprender de él implica un aprendizaje no heredado, creado desde el presentimiento, el pálpito y la empatía que acompañan todo proceso cognitivo.
En Cojín I – IV (1997 -1999), Teresa sigue la misma estrategia, creando a partir de un tejido ya existente que despertó en ella una emoción intensa. Crear desde la emoción que le produce el objeto es un acto de empatía que entiende el tejer como una colaboración entre iguales, dilatando el tiempo y entrelazando lo individual con lo colectivo. El tejido original del cojín dialoga con los tejidos de Teresa, manifestando una forma de lenguaje accesible de manera única, sin firmas ni autorías, solo con mutuo reconocimiento
Esta forma de colectivizar su práctica a través del hacer lleva a Teresa a iniciar una serie de trabajos en colaboración con otros agentes, dando un paso más en su afán de comunicarse y aprender con su práctica. Los oficios de Raval (2019-2022) es una iniciativa conjunta de Teresa Lanceta, los estudiantes y docentes del Instituto Miquel Tarradell, y el departamento de Educación del MACBA. El proyecto es un proceso de experimentación pedagógica que duró dos cursos, en el que la artista trabajó directamente con los alumnos del instituto en varias fases.
En una primera fase, los alumnos trabajaron en torno a la importancia de los objetos cotidianos que les acompañan. Teresa comenzaba hablando de una handira que le cambió la vida e invitaba a los alumnos a buscar entre sus pertenencias objetos que para ellos tuvieran un valor sentimental y a narrar estas historias al resto de sus compañeros, creando así un espacio de comunicación alrededor de ellos. Estas conversaciones llevaron a indagar en las memorias familiares de cada uno y en los oficios que realizaron sus antepasados, encontrando varios puntos en común. Llama la atención que, en un instituto donde conviven muchas nacionalidades e idiomas, todos contaron que tenían antepasados que habían trabajado la tierra.
Esta fase condujo a otras en las que se trabajaron los árboles genealógicos de los participantes, que más tarde se ponían en común. En su afán de relacionar objetos y contexto, Teresa invitó a los alumnos a buscar tiendas del Raval en las que aún se practicaban oficios de forma artesanal con un taller, como cererías, perfumerías o librerías, e investigar sobre sus orígenes y su importancia para el barrio. En este punto, se comenzó una colaboración con el artista, programador y activista digital Nicolas Malevé para crear un mapa interactivo en el que se mostraran todas estas investigaciones y se trabajara con los alumnos sobre la importancia de los mapas.
Por último, se invitó a los propios alumnos a realizar visitas guiadas de la exposición de Teresa en el MACBA, de la que este proyecto formó parte importante. Toda esta información se puede ver en esta exposición a través de una serie de videos y de un blog que, además de permitirnos navegar por el mapa interactivo, recopila las historias laborales, experiencias, recursos y emociones de los participantes y sus familias, desvelando todo este proceso de aprendizaje y comunicación situada.
En Madraza 1349-2024 la obra de Teresa Lanceta y la historia de la Madraza se dan la mano, mirando en sus recuerdos para crear un espacio de diálogo y negociación en el que el intercambio de saberes se pone en el centro. Dichos saberes, entendidos como forma de comunicación, se manifiestan colaborando con los objetos y descifrando sus códigos, tiempos y tacto en los tapices, pero también creando redes de colaboración con agentes inesperados y autorías compartidas como en “Los oficios del Raval”. Todas estas obras crean discurso juntas y rascan en las paredes de este lugar impregnado de historia para pensar hacia adelante e imaginar nuevas formas de transmitir y aprender presentes y futuros.