Después de la alfombra roja volví a una geometría de redes más abiertas, menos trabadas que en los tejidos marroquíes. Las formas geométricas que componen la propia red toman mayor relieve. Aparecen los círculos, las líneas curvadas en detrimento del triángulo pero lo más característico de esta época es que tejer entra en diálogo con otras actividades y deja de ser la principal de ellas.

Vivía en Madrid y pasaba muchas temporadas en Horta de San Juan pero un hecho inesperado que a la larga resultó muy positivo me llevó a la isla de La Palma donde estuve un año y medio. Es una isla hermosísima. Allí descubrí que la vida tiene todo para ser casi feliz pero que en ese "casi" cabe un infierno. Y vuelta a Madrid. De la calle Montera a Malasaña.