Prensa
1990-03-22
Juan Manuel Bonet
Sobre la exposición en la Galería Buades.
El arte textil de
Teresa Lanceta
Galería Buades. Gran Vía, 16
Juan Manuel Bonet
La primera vez que vi una alfombra de Teresa Lanceta (Barcelona, 1951) fue en el minúsculo estudio que ella y Luis Claramunt tenían en Sevilla, casi a la sombra de la Maestranza. En medio de aquel inverosímil laberinto de lienzos, útiles de pintar, libros, periódicos y enseres domésticos, ella había logrado instalar un telar del que iban saliendo sus maravillas de lana, como antes salieron en el estudio que ambos, artistas errantes donde los haya, tuvieron en Marrakech. En 1983 ella ya había realizado una exposición en el Museo de Arte Moderno de Tarragona, pero la etapa de real aparición pública de su obra arranca en 1987, con su individual en la sala alicantina de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia. Al año siguiente expuso en Sevilla (Rafael Ortiz) y en Algeciras (Magda Bellotti). En el otoño de 1989, el Museo Textil y de Indumentaria de Barcelona le dedicó la que hasta la fecha es su individual más importante, "La alfombra roja (Tejidos sobre el Medio Atlas marroquí)".
La exposición de Buades es una versión reducida de la del Museo Textil. Se trata, sí, de obras inspiradas en las telas tradicionales marroquíes. Como muchos artistas modernos antes que ella, Teresa Lanceta, que hoy vive en Madrid, ha ido a buscar en la tradición, en el acervo cultural de un pueblo que ha sabido preservar sus costumbres ancestrales, la materia de su obra. Su modo de apropiarse de esa materia, de transformarla según sus propias necesidades, no es sustancialmente distinto del de tantos otros artistas de nuestra era: del de Gauguin en Tahiti, del de Segalen en China, del de los "fauves" o los cubistas ante el arte negro, del de Paalen entre Alaska y México. Si en aquel tiempo era frecuente exponer juntas las obras de los artistas de vanguardia y las de los creadores anónimos en los que habían bebido, hoy Teresa Lanceta no procede de otro modo cuando, en las páginas del catálogo citado, incluye tejidos tradicionales marroquíes que le han proporcionado motivos para los suyos propios; o cuando intenta -hasta ahora sin éxito- montar un 'Encuentro en el tapiz' en el que su trabajo y el de algún representante foráneo del arte textil se viera confrontado al de los tejedores del Atlas, tal como los documenta la colección de Bert Flint.
En las paredes de Buades hay ejemplos a cada cual mejor del arte de Teresa Lanceta. Son de admirar su sentido constructivo de la composición, su gusto por el ornamento, la calidez de sus colores, la calidad de la ejecución. Rosas, blancos, amarillos, ocres, verdes, negros profundos van enredándose en una trama cuyas sutiles geometrías recuerdan a veces las de Paul Klee, otro visitante, por cierto, del norte de África.